Se me llena la boca cuando digo que en Semana Santa voy a Londres, o London, que suena mejor.
Se les llena la boca cuando dicen que han estado en New York, que suena mejor que Nueva York.
Flipamos en colores cuando oímos que Fulanito ha recorrido la gran muralla China, o cuando nos dicen lo espectacurales que son las cataratas de Iguazú o la ópera de Sidney.
Se nos cae la baba cuando nos hablan de los paseos en góndola o de los besos en la Tour Eiffel ( que suena mejor que la torre Eiffel ).
Se nos llena la boca al hablar de ciudades, pueblos o países que están a miles y miles de kilometros de aquí cuando se nos debería llenar la boca al hablar de los rincones que tenemos al lado de casa.
Esos rincones que no tenemos en cuenta porque parece que están demasiado cerca de casa para ir a visitarlos, y una vez que nos da por acercarnos y conocer el lugar, nos damos cuenta de que antes que se llene la boca con London, se tiene que llenar con lo de al lado de casa.
TIRO UNA PIEDRA AL AIRE...
Hace 4 años
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